miércoles, 29 de julio de 2009

Piedad: Mi nuevo amigo

Ayer me di cuenta, de que lo importante en la relaciones humanas no son las ascuas ni los orgasmos, sino el hecho de no ser más que el otro, de complementar y ser idóneo en la relación que puede existir o llagar hacer.

Mis amigos en el entorno, yacen cual avispas en arrozal de sangre, necio cual sabio iracundo pido el sufragio de las pieles mansas.

Ayer caí en el dulce pecado, ese que deja el aroma a narcisos y a pardo seco, a dedos llenos de semen y sabor a nueces; tosco y brusco perdí… gane la amable sonrisa de tu sepulcro y cual hedonismo puro tus labios impíos se desplomaron a la fugaz ambrosía de los tulipanes.

Aquellos tulipanes, que se llaman vellos, que se sienten como pezones amargados.

Mi piedad, mi hermosa niña de aras dulces y trasero virgen. Ven. Dancemos al tono del copal y, mientras la mirra y el incienso de la muerte copulen en los pulmones; tu y yo seremos tácitos.

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