Canta junto a mi:
Sondeo la noche con el pueril de mis lamentos
muriendo las hadas copulan entre cigarras,
la lluvia de recuerdos futuros eriza el mausoleo de tu vientre,
los ojos miel, salen a jugar con la canción del fuego.
La noche es el hábito de los celtas, es poco tiempo para vivir rumiando.
Cuento las constelaciones que me enseñabas
las cuento en deterioro, mientras luciérnagas
llevan de la mano mi corazón sin latir.
Miro la ensenada, tomo un pez, muerdo la cabeza y sueño con el
oropel de un ayer.
No encuentro la dicha de no tenerte y menos la garua de risas
de si tenerte.
Eres la única en no jugar conmigo y la verdadera lástima de mi vida.
Una cancion de cuna es el final de mi amor por vos, de mi lamento
por tus ropas sin jirones y muñecas libres de dientes.
Terminar con el deleite de una luna carcomiendo mi ser.
Oigo como cruje la piel, siento las cenizas en mi sangre,
regreso al final de mi existir, después de vagar por un mundo
simple.
Canta la guadaña, la muerte de un pecador
cantan las niñas, la vida de un ladino
cantan los minutos la culpa de tenerte…