jueves, 6 de agosto de 2009

Hablemos en serio…

He contado las uñas de soles, de las noches sin uvas; comí en el Tanabata el efluvio de las pieles y, entre mis deseos, sólo encontré huesos y cadáveres de música.

Agradezco las luces del alba, las dulces mascaras de la televisión, aquel sonido que despierta  ropa interior. Se cómo narrar el amor de los pumas en las vértebras de los olvidos; Pero…

Hablemos en serio, soy el que no ha muerto y el que vive junto a la leña de sueños, la bestia de Canciones, el que debió escribir el idilio de la muerte.

La medusa de los vivos, la rosa celeste de amantes infieles. El amor de regalos sin placer y orgasmos llenos de ranas. Soy el olvido y la naturaleza del espejo.

La caída de piernas, las huellas de casas enclaustradas. El Frío de los juegos…

Hablemos seriamente…

Soy el que no está ahí, el que esperamos y los que no somos, el azar de besos y el desenlace de la rutina, los minutos perdidos y la gira de las aves rapiñas, encontré en el fondo de mí, un sólo pastel, el cuál rezaba, “Bienvenido a la última de las lágrimas…”

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